Una cámara de velocidad debería, en teoría, apagarse inmediatamente después de exceder el límite de velocidad para cada carretera en la que opera. Sin embargo, por diversas razones, las cosas no son tan sencillas.
Primero, la velocidad que ve en el velocímetro de su automóvil no es la velocidad real a la que conduce su automóvil. En segundo lugar, aunque cada vez más avanzados, los radares de tráfico aún no pueden registrar la velocidad instantánea de ningún vehículo con un 100 % de fiabilidad. Entonces hay una regla de 7. ¿qué es esto?
Radar de velocidad: ¿Qué tan rápido dispara el radar?
Por tanto, todos los radares tienen una cosa en común, el margen de error o tolerancia conocido como Regla 7.
Básicamente, ese es el margen de error aceptable, que como puedes ver sube a más o menos un 7%. Es decir, incluso si un vehículo supera la velocidad máxima en una carretera determinada, se enviará una multa al propietario solo si la diferencia entre la velocidad real y el límite de velocidad supera el 7%.
Por ejemplo, en autopista el límite es de 120 km/h, por lo que no te multarán si circulas a 128 km/h. Sin embargo, el límite de velocidad dentro de las ciudades es de 50 km/h, por lo que si pasas el radar a 53 km/h no te multarán.
Sin embargo, debe reiterarse aquí que la velocidad real del vehículo no es igual a la velocidad que ve en el velocímetro de su automóvil.
En resumen, los fabricantes deben seguir muchas reglas legales al fabricar cualquier vehículo y, por supuesto, la velocidad que se muestra en el tablero es una de ellas.
Por eso, en este sector, los fabricantes siempre tienen cuidado con el exceso, que debe estar dentro de la directiva europea que controla todas las normativas y producción de vehículos.
En resumen, en forma de celo, su velocímetro es «proyectado» en lugar de la velocidad real. (La diferencia entre la velocidad real y la velocidad que se muestra en el tablero varía de una marca a otra).
