Por Luiz Roberto Serrano, periodista y coordinador editorial de la Superintendencia de Comunicación Social (SCS) de la USP
Fue en 1955, en el «cada»* de mi padre, el argentino Juan Manuel, en Santos, donde estaba su equipo de radioaficionado, él, yo y su hermana mayor, la uruguaya Balbina, escuchábamos los discursos de Juan Domingo Perón. , al término de sus días de gobierno en Buenos Aires, las palabras se mezclaron con el típico ruido de las transmisiones de onda corta. La radio de larga distancia NC240D no pudo escapar de la estática que estaba estropeando la transmisión. «Pueblo Argentino, yorsxrxrs…”
Perón, viudo desde 1952 de la carismática Evita, que hipnotizó y encantó»las cabezas negras«, no tenía forma de resistir a los conservadores, entre los cuales «la dinastía lechera”, como decía mi padre, y en el ejército y cayó.
Huyó a Paraguay, pasó por Panamá, Venezuela y República Dominicana y se instaló en Madrid, España bajo la dictadura de Franco, para gobernar el movimiento peronista, que con el tiempo creó muchas facciones, de izquierda y de derecha, desdetriple A«a la guerrilla»Los Montoneros”.
Siguieron gobiernos civiles inestables y tiempos difíciles gobernados por militares, que comandaron regímenes represivos y fallidos, hasta que estos últimos, ante la continua inestabilidad del país, se resignaron al regreso de Perón a la Casa Rosada, esperando que su presencia fuera una forma de fuera del pais. No duró mucho.
El ejército volvió a la Casa Rosada, con su maquinaria represiva, pero sucumbió a la derrota en la notoria Guerra de las Malvinas, concebida como un golpe legitimador del gobierno para alimentar las esperanzas nacionalistas, aplastadas por la reacción inmediata del primer ministro conservador de la lejana y colonizadora Inglaterra. , Margaret Thatcher. Los jefes militares de la época abandonaron el lugar, siendo finalmente condenados a prisión por una justicia civil revivida.
El derrumbe institucional del país, provocado por tantas inestabilidades, perjudicó a todos los posteriores ocupantes civiles de la Casa Rosada.
Raúl Alfonsín, de la centrista Unión Cívica Radical (UCR), renunció meses antes de terminar su mandato, porque vivía con una inflación descontrolada. Fernando de la Rúa, también de la UCR, es otro que dejó el cargo antes de terminar su mandato.
El Partido Justicialista, Peronista, ha tenido varios presidentes breves seguidos con mandatos cortos. Los únicos sobrevivientes, en ese momento, fueron Carlos Menem y su ministro de Hacienda, Domingos Cavalo, quienes patrocinaron la dolarización de la moneda argentina, que parecía ser, pero no fue, una solución para el país. La posterior y también longeva pareja Néstor y Cristina Kirchner recuperó parcialmente la economía, pero no lo suficiente para quedarse en Casa Rosada.
Le siguió la propuesta republicana, del conservador Cambiemos, de Mauricio Macri, pero su derrota en la reelección hizo que regresaran los justicialistas -con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, esta última vicepresidenta única, como lleva muchos juicio. Gobierno manipulador, ya estaba claro que la convivencia de los dos no funcionaría. Todo apunta a que no será así, ya que Fernández acaba de declarar que no volverá a postularse, y hay curiosidad por lo que hará Kirchner, lidiando con los temas legales antes mencionados.
En el trasfondo de estas decisiones, se encuentra la inflación, cuya previsión anual ya superó el 100%, situación muy difícil de convivir, sobre todo para los estratos más pobres, que ya representan el 40% de la población. El actual aumento de la inflación ciertamente ha estimulado la decisión de Fernández, quien lidera un gobierno muy cuestionado, incluso en las filas de los vigilantes. Solo para darle una idea de la enormidad de los problemas, además de la inflación desenfrenada, existen al menos 17 tipos de intercambios vinculados al dólar.
La prensa argentina ya especula sobre los posibles candidatos para las elecciones de fin de año, con Javier Millei liderando las encuestas por el momento, con alrededor de 18 puntos, quien defiende ideas descabelladas, que no han funcionado en el país. como el que antes falló la dolarización.
El expresidente Mauricio Macri ha dicho que no se postulará. Tras la renuncia de Fernández, han surgido varios nombres entre los peronistas, incluido el embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli. La imagen se volverá más clara después de andarlas elecciones primarias simultáneas y abiertas, que se realizan a mediados de año, durante las cuales todos los partidos deben presentarse para definir sus candidatos.
América del Sur, donde actualmente predominan los gobiernos de izquierda (Brasil, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela), seguramente seguirá las elecciones con gran interés. La izquierda argentina actual, incluso en crisis, es un miembro importante de esta comunidad, que influye en su presente y su futuro, y el resultado de su elección presidencial pesará en el equilibrio de poder en la región.
*Each es una expresión utilizada entre los radioaficionados que designa el espacio donde se encuentra instalado el equipo utilizado en la actividad.
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