Presidente de Irán Ebrahim RaisiAFP
Publicado el 27/12/2022 10:29
El presidente iraní, Ebrahim Raissi, prometió este martes que «no habrá piedad» para los hostiles a la República Islámica en las manifestaciones desatadas por la muerte del joven Mahsa Amini detenido por la policía de la moralidad.
Las protestas, descritas como «disturbios» por las autoridades, comenzaron con la muerte el 16 de septiembre de la kurda Mahsa Amini, de 22 años, luego de que fuera arrestada en Teherán por violar el estricto código de vestimenta para mujeres del país.
«Los hipócritas, los monárquicos, las corrientes contrarrevolucionarias y todos aquellos que han sido perjudicados por la revolución se han unido a las manifestaciones», dijo Raissi a una multitud reunida frente a la Universidad de Teherán para rendir homenaje a los 200 soldados muertos durante la guerra Irán-Irak. (1980-1988).
«Los brazos de la nación están abiertos a todos los que han sido engañados. Los jóvenes son nuestros hijos, pero no mostraremos piedad con los elementos hostiles», insistió.
Las autoridades iraníes acusan a los «enemigos» de la República Islámica, como Estados Unidos y otros países occidentales, de instigar las protestas.
“Si creen que lograrán sus objetivos difundiendo rumores y dividiendo a la sociedad, se equivocan”, dijo Raissi al respecto. “Quieren engañarnos, pero los conocemos y también conocemos a nuestra nación”, agregó.
Las autoridades iraníes dicen que cientos de personas han muerto, incluidas decenas de miembros de las fuerzas de seguridad, mientras que miles han sido arrestadas en protestas en las que las mujeres y los jóvenes han desempeñado un papel destacado.
Las organizaciones de derechos humanos fuera de Irán dicen que más de 450 manifestantes han sido asesinados.
La justicia iraní ha anunciado hasta el momento 11 condenas a muerte por participar en las protestas. Dos personas ya han sido ejecutadas y dos serán juzgadas nuevamente. Los activistas dicen que más de 10 personas enfrentan la pena de muerte.
En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó la semana pasada a tres mujeres -una activista de derechos humanos argentina, una abogada de Bangladesh y una profesora de derecho de Pakistán- para investigar la represión en Irán.
Les enquêteurs n’ont pratiquement aucun espoir de pouvoir se rendre en Iran pour mener à bien leur mission, les autorités iraniennes s’étant fermement opposées au lancement de cette enquête internationale, votée le 24 novembre par les 47 membres du Conseil des droits de l ‘hombre.
Veinticinco países votaron sí y seis votaron no (Armenia, China, Cuba, Eritrea, Pakistán y Venezuela), mientras que 16 se abstuvieron.
Las tres mujeres deberán documentar la represión orquestada por las autoridades iraníes y las posibles violaciones de derechos humanos cometidas en el país, de cara a la apertura de un posible proceso judicial, en Irán o en el extranjero.
