El obelisco, en la intersección de dos amplias avenidas de Buenos Aires, está rodeado por una multitud de fanáticos: como toda criatura exitosa, Messi, a diferencia de Maradona, se beneficia más de la cooperación que de la confrontación.
WAlrededor de 5 millones de personas, más del 10% de la población argentina, salieron a las calles de Buenos Aires para la final de la Copa del Mundo 2022. Durante tres días después de la victoria de Argentina, los ciudadanos tenían una sonrisa en sus rostros. El día que llegaron los soldados fue declarado feriado nacional. Incluso sin él, los aficionados se han apoderado de las principales carreteras del país y nadie puede trabajar.
La periodista argentina Marcela Mora y Araujo dice en la edición de febrero piauí, fue la reacción de sus compatriotas ante la victoria conseguida en Qatar. Conoció a un joven de 23 años que se parecía a Diego Maradona entregándole a Lionel Messi el balón tatuado en su pantorrilla. «Mi mamá lo hizo», explicó. A ambos no les gustaba mucho el fútbol, pero este trofeo les llamó mucho la atención por el buen rollo que generaba. “Estábamos en un momento en el que peleábamos mucho y de repente vino esta ola de felicidad”, dijo la joven. En la pared de un gran cementerio de Buenos Aires, un bromista cuelga una pancarta advirtiendo a los enterrados: «No sabes lo que te has perdido». Pero, ¿qué celebramos? ¿Qué cambio traerá esa victoria a todos los ciudadanos?
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