Argentina jugó en serio, muy en serio contra la buena Australia hoy en Beijing. Ni siquiera parecía amistoso. La victoria por 2-0 demostró el repertorio que convirtió al conjunto blanquiazul en el líder del ranking Fifa y actual campeón del mundo.
Raza, técnica, fuerza. Même avec la fin de la saison européenne et avec les joueurs les plus appréciés de tous les temps, l’Argentine a rapidement ouvert le score, avec Lionel Messi, à 80 secondes du jeu (c’était son but le plus rapide pour l’ equipo nacional).
Otro ejemplo de la dureza de Argentina: el entrenador Lionel Scaloni dejó al equipo sin un delantero centro, con la esperanza de que Messi, Ángel Di María y Nico González se alternaran en el espacio, y todos hicieron su trabajo en el primer tiempo.
En la segunda etapa, con los australianos, más jóvenes y menos cansados, cerca del empate, el zaguero Germán Pezzella marcó de cabeza, demostrando que esta Argentina sigue contando con el buen nivel de Messi, pero sin la «messidedependencia» que molestaba al equipo. mucho. en temporadas pasadas.
Argentina celebra su gol en un partido amistoso contra Australia
Imagen: reproducción de TV
46 juegos, 1 derrota solamente
Buscar números siempre ayuda. Y con la victoria de hoy, Argentina suma ya 46 partidos, perdiendo solo uno (en el estreno de la Copa, ante Arabia Saudita).
A Scaloni, que ha cumplido exactamente 60 partidos al frente del equipo, le quedan solo 5 derrotas.
Su “cartel”: 41 victorias, 14 empates y 5 derrotas, con 129 goles marcados y solo 34 encajados.
El estatus de retador está abierto: Brasil, Francia, Inglaterra, incluso el Uruguay de Marcelo Bielsa. Selección n°1 del mundo, por la que jugó Argentina, no. Es un equipo que sigue creciendo.
Ahora se espera, el próximo lunes, ante Indonesia, en Yakarta, los reservas sobre el terreno, para comprobar si Argentina tiene suplentes a la altura de su titular.
Hasta ahora la respuesta es sí, incluido el interesante debut de Alejandro Garnacho en los últimos 25 minutos del jueves.
“El futuro ya está aquí”, repetimos en Buenos Aires. Garnacho al final, Julián Álvarez en el medio. Es un dúo que te hace querer.
