Alberto Fernández advierte a Argentina que no «se arrodille ante el FMI» | Internacional

Un día resonó la marcha peronista en Argentina. El gobierno de Alberto Fernández buscó desentrañar el misterio del movimiento con un sonido que lo reflejara. El mandatario fue el único orador en un estadio de Morón, un suburbio de la capital argentina, donde el peronismo celebró este miércoles el undécimo aniversario del expresidente Néstor Kirchner. En presencia de 30.000 personas y una plataforma repleta de gobernadores, alcaldes, sindicalistas, candidatos y políticos de diversos ámbitos de la vida en la coalición gubernamental, Fernández emitió una advertencia al Fondo Monetario Internacional (FMI). Fecha límite para el pago de $ 44 mil millones. «Si aún no hemos llegado a un acuerdo con el FMI, no nos vamos a arrodillar», declaró. La manifestación fue un escenario de unidad, luego de las tensiones por la derrota de los candidatos pre-peronistas en 18 de los 24 distritos del país luego del desastre electoral del 12 de septiembre.

El mensaje de Alberto Fernández, ansioso por abordar las animosidades internas, fue abordado en el stand. Escribió esto basándose en Nestor Kirschner, quien murió de un ataque cardíaco en 2010. Kirchner recordó el dinero que pagó al FMI, lo que provocó el cierre de las oficinas del organismo multilateral en Buenos Aires y la lucha de su gobierno contra la inflación. Hoy, Argentina está en conversaciones con el FMI para retirar el rescate otorgado al gobierno de Mauricio Macri en 2018, y libra una nueva guerra contra la inflación, llegando al 50% anual. Son los mismos problemas que ayer, pero sin los recursos de tiempo. Fernández ahora está luchando entre la necesidad de no caer en un punto muerto con el financiamiento y las demandas de los intransigentes de la coalición de no cumplir con las demandas de la organización de un acuerdo.

El día antes de partir hacia Roma para asistir a la cumbre del G20, Fernández espera reunirse con la directora gerente del fondo, Kristalina Georgieva. «Haré todo lo necesario para cerrar el fondo el día que sé que no afectará el futuro de Argentina. Me están pidiendo un trato rápido a toda costa. No, no vamos a hacer un trato que los posponga». ya «, dijo. El 17 de octubre, día en que el peronismo recuerda sus fundamentos, fue severamente criticado por sentarse» a la mesa con los ricos «.

Este miércoles todo está pensado para evitar golpes. La distribución de las gradas es un signo de la tensión actual. Los más grandes son los luchadores de La Cámpora, el grupo juvenil cristianista; Detrás de uno de los objetivos estaba el movimiento Evita, una organización social progubernamental; En el arco opuesto estaba el Partido del Nuevo Encuentro, que agrupaba el cristianismo de Moron. En el campo, los municipios metropolitanos y pequeños grupos pudieron ver las fuerzas del partido gobernante. La única presencia sindical son los camioneros, que es un tipo poderoso que entra y sale de la Federación General de Trabajadores (CGT) en ocasiones. Otros sindicatos estaban en la plataforma, con sus líderes siguiendo a Fernandes. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner no fue a Morón porque siempre quiso seguir desde la distancia para rendir homenaje a su esposo. Estuvo representado por el hijo de la pareja, el diputado Máximo Kirschner.

Después de todo, fue un mitin en línea con las demandas y demandas del voto del gobierno. Los candidatos peronistas ya obtuvieron una victoria histórica en las primarias del 12 de septiembre. Si ese resultado se repite en el referéndum final, y las encuestas sugieren que lo hará, esta corriente perderá el control de la mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados. La oposición macrista, que se ha reunido en el frente único por el cambio, estará incluso en condiciones de imponer el nombre del nuevo líder de la Cámara.

La semana siguiente a la derrota fue confusa para el gobierno. Christina Fernández de Kirchner forzó una reorganización de gabinete con la renuncia de todos los ministros que la representaban. El presidente Fernandes tuvo que sacrificar a su primer ministro y hombre de mayor confianza, Santiago Kafiro, para reemplazar al gobernador de Dukuman (norte) Juan Mansour. En un intento por recuperar los votos perdidos, el peronismo se refugió en sus fuerzas tradicionales de gobernadores y sindicatos. El hecho de que la marcha peronista sonara al inicio del proceso es parte de ese camino. Queda por ver si esto será suficiente para cambiar el rumbo de las encuestas.

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