abril 16, 2024

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Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil trabaja para reabrir canales de diálogo con el mundo

Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil trabaja para reabrir canales de diálogo con el mundo

El Presidente sostuvo reuniones de trabajo con 16 jefes de Estado y de Gobierno. (Foto: Ricardo Stuckert/PR)

El Presidente electo de la República, Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) fue claro al dar sus primeras instrucciones al experimentado Embajador Mauro Vieira, cuando decidió postularlo como Ministro de Relaciones Exteriores: la primera prioridad debe ser reabrir los canales de diálogo que están bloqueados. Fue un gran trabajo, después de que el expresidente Jair Bolsonaro (PL) alejara al Itamaraty de sus tradiciones en la primera mitad de su mandato y acumulara fricciones, pero guió el trabajo de la cartera en los primeros 100 días del nuevo gobierno.

Los movimientos de Lula y del ministro Mauro Vieira fueron intensos. Esto no hizo que el Departamento de Estado se desviara de otros dos objetivos establecidos para este período de 100 días. Uno de ellos fue la reestructuración interna de Itamarati, nuevamente rindiendo homenaje a áreas como medio ambiente, clima, energía, promoción comercial y cultura. El gobierno también ha remitido al Senado el nombramiento de varios embajadores de alto rango que fueron designados en cargos sin mucha exposición de Bolsonaro.

Otro objetivo era restaurar los paradigmas tradicionales de la política exterior brasileña, uno de los cuales es la no alineación automática con un socio particular, como solía hacer Bolsonaro con respecto, por ejemplo, a los Estados Unidos. El mensaje fue entregado puntualmente por el canciller, en su discurso inaugural:

Con Estados Unidos queremos relaciones en igualdad de condiciones, basadas en valores e intereses comunes, sin ningún tipo de sesgo en temas y cuestiones, y libres de alineamientos automáticos. Queremos simplificar nuestra relación económica y atraer inversiones, así como seguir fortaleciendo los lazos humanos, culturales y educativos que unen a las dos comunidades. Trataremos con madurez cualquier diferencia natural en una relación de esta importancia e intensidad».

agenda internacional

Esta madurez se puede ver en la lista de destinos del Presidente. Al mismo tiempo que se negó a ser más crítico con Rusia por la guerra en Ucrania, Lula incluyó a Washington entre sus primeros viajes internacionales, luego de visitar Argentina y Uruguay y reunirse con líderes de países latinoamericanos.

En total, durante esos 100 días, el Presidente sostuvo reuniones de trabajo con 16 jefes de Estado y de Gobierno. Habló por teléfono con otras 14 personas, todos considerados socios estratégicos de diferentes partes del mundo. El canciller mantuvo 65 reuniones con 51 secretarios de Estado y varias otras agendas con líderes extranjeros o directores de organismos internacionales.

Para coronar el evento de los 100 días, Lula partirá hacia China a fines de marzo, acompañado de una nutrida comitiva de ministros y empresarios. Tuvo que posponer su visita después de que le diagnosticaran neumonía. Sin embargo, la celeridad con la que Beijing reprogramó la visita oficial brasileña sorprendió a los especialistas: se realizará la próxima semana, señal de que los chinos consideran a Brasil un socio estratégico.

«Las pancartas son extraordinarias. China dice que hablar con Brasil es su máxima prioridad», dice Marcos Azambuja, exsecretario general de Itamaraty y exembajador de Brasil en Argentina y Francia, en el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (SIPRI).

avance récord

La política exterior fue lo más avanzado en estos primeros 100 días del gobierno de Lula. Por cierto, lo único que ha avanzado”, señala Rubens Barbosa, quien fue embajador de Brasil en Londres y Washington. Elogió la disposición de Lula para reposicionar a Brasil en el escenario internacional, para poner el medio ambiente en el centro de las preocupaciones del gobierno y, en tercer lugar, dar la debida prioridad a “nuestro continente”.

Por otro lado, prosigue Barbosa, el país debe aclarar, e incluso publicar un amplio documento, qué espacio quiere ocupar en el mundo, su estrategia y posiciones sobre temas que, sin Brasil, el mundo no tiene camino. Para una discusión seria: ecología ambiental, cambio climático, seguridad alimentaria y energías renovables.

Brasil también asumirá la presidencia del Mercosur en la segunda mitad del año, en un momento en que el bloque enfrenta el peligro de que Uruguay firme un acuerdo bilateral con China y se estanquen las negociaciones con la Unión Europea. En mayo, Lula tiene previsto participar en la reunión del G7, el grupo de los países más industrializados del mundo, en Japón. Una invitación como esta no ha sucedido desde 2009.