Con más experiencia entre los nuevos gobiernos de izquierda latinoamericanos, Lula ‘es el único líder que tiene la capacidad de unir a la región en desafíos comunes’
El presidente argentino, Alberto Fernández, fue el primero en reunirse con Lula después de las elecciones. Foto: Ricardo Stuckert
Por Mauro Útida
La elección de Luiz Inácio Lula da Silva (PT) fortalece una nueva ola de gobiernos de izquierda en América Latina y la expectativa del papel de Brasil no es solo liderar, sino convertirse en un país donde la gente pueda mirar con esperanza y hacer como un ejemplo para el continente, evalúa Renata Peixoto de Oliveira, profesora del curso de relaciones internacionales e integración de la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA) en Foz do Iguaçu, Paraná.
“Brasil, con Lula, tiene la misión de salvarse y servir de base de apoyo para el equilibrio regional de América Latina”, explica Renata, quien también es profesora en la Maestría en Políticas Públicas y Desarrollo de la UNILA.
El Doctorado en Ciencias Políticas distingue el momento actual en que Lula regresa a la presidencia de Brasil con su primer mandato a principios de la década de 2000, cuando la coyuntura económica era más favorable con el fuerte crecimiento de las economías latinoamericanas, impulsadas por el alza de los precios de los productos primarios (conocidos como como el «boom de los productos básicos»), que ha permitido a estos países implementar políticas internas de desarrollo socioeconómico y políticas externas vinculadas a una mayor cooperación e integración regional.
A la primera ola se le dio el término de «ola rosa» y se refiere a la fase de surgimiento de gobiernos de distintos matices del espectro político de izquierda en el escenario sudamericano y que incluían regímenes más radicales, como los de la llamada diciendo “desde los países del eje bolivariano (agrupados en la Alianza Boliviana para los Pueblos de Nuestra América – Alba), como Venezuela y Bolivia, hasta gobiernos más moderados como los del Cono Sur (Brasil, Argentina y Uruguay).
“Hoy tenemos una crisis de la democracia a nivel mundial, ha aumentado la concentración del ingreso, ha aumentado la pobreza y el hambre y ha bajado la calidad de vida. Esta nueva ola de gobiernos de izquierda en el continente es una reacción a la época en que los gobiernos de derecha y neoliberales no pudieron resolver estos problemas que se agudizaron con la llegada de la pandemia”, explica Renata, politóloga y médica. en la UFMG (Universidad Federal de São Paulo). Minas Gerais).
El ciclo de gobiernos de derecha está dando paso a una nueva posibilidad político-institucional en Sudamérica que ya habla de una nueva “ola rosa” en la región, pero analistas reportan que los protagonistas son menos radicales. Esta situación se da precisamente cuando gobiernos de la misma corriente política han ascendido a comandar sus respectivos estados en Bolivia (con Luis Arce, electo en 2020), Perú (con Pedro Castillo, electo en 2021), Chile (con Gabriel Boric, electo en 2022). ) e incluso en Colombia (con Gustavo Petro, quien también llegó al poder en 2022) -en este último caso es la primera vez que el país es dirigido por un gobierno de izquierda.
Nicaragua, Venezuela, Surinam, Guyana y la Guayana Francesa ahora también están gobernados por jefes de Estado de izquierda. Sin embargo, Venezuela y Nicaragua son dos ejemplos de países de la región gobernados por líderes autoritarios de izquierda, informa la investigadora Luciana Santana, quien forma parte del Observatorio Electoral y también es doctora en ciencias políticas por la UFMG.
“Brasil corría un riesgo muy alto de tener cambios constitucionales que podrían habernos llevado a un giro antidemocrático y autoritario como en Venezuela. La victoria de Lula es sumamente simbólica. No son sólo los votantes brasileños del PT los que están de fiesta, sino toda una comunidad internacional que volverá a hablar en Brasil”, comenta Luciana, también profesora de ciencias políticas en la Universidad Federal de Alagoas (UFAL).
Entre los tres países que califican como excepciones a la ola actual en Sudamérica se encuentran Ecuador, liderado desde 2021 por Guillermo Lasso, Paraguay con Mario Abdo Benítez y Uruguay, encabezado por el centroderechista Luis Lacalle Pou.
Para Renata Peixoto, una de las fortalezas del presidente electo de Brasil es su capacidad de articular y conciliar un proyecto de mayor cooperación en América Latina, no solo de izquierda.
“Lula es el único líder que tiene la capacidad de unir a la región en torno a desafíos comunes. También fue el único capaz de derrotar a la extrema derecha de Brasil, que estaba enamorada del fascismo”, explica el politólogo.
Lee mas:
El presidente argentino visita este lunes a Lula y restablece la tradición diplomática
Transición de gobierno: Gleisi advierte que el trabajo comienza independientemente de Bolsonaro
«Vuelve la libertad», Lula hace su primer discurso destacando la lucha contra la pobreza
