«Gran Hermano», el «Gran Hermano» argentino, no huele bien. No es por la estúpida situación. Pero esto se debe a que algunos participantes no tienen desodorante ni baño. Los hombres, especialmente. Reunidas en una habitación, las mujeres llegaron a la conclusión de que estaban en problemas.
“Algunos de los chicos de la casa huelen a cabras”, admitió uno de los internos, provocando risas entre sus compañeros.
«¿Algunos?», bromeó el amigo, quien agregó que quería ampliar los rumores: «Dame los nombres».
Los amigos pronto pusieron a Augustine en la cima de las listas.
«Estaba en la habitación con él y olía tan mal», dijo otro.
«Si fuera yo, me lo habrían dicho».
Romina, una de las participantes en la conversación, decidió tomar medidas drásticas.
—Le voy a tirar una caja de desodorante —dijo la mujer atada, levantándose ya de la cama.
Las chicas intentan detenerlo, pero tan pronto como Augustin entra en la habitación, Romina lo ahuyenta con un spray de desodorante en las manos.
«Ven aquí hermano. Ven» dijo Romina.
Agustín, que salió de la ducha vestido solo con una toalla, no entendió nada. Fue entonces cuando la mujer le presionó el desodorante. La gente en la sala se rió.
