En el antiguo zoológico de la ciudad argentina de Mendoza, Bocha y Guillermo cubren un área de 150 metros cuadrados, rodeados de cemento, sin mirar hacia afuera. Pero sus vidas deben cambiar en un mes: la previsión es que para fines de abril, la madre y la hija finalmente serán llevadas al Santuario de Elefantes, el único santuario de elefantes en Sudamérica, Zapada dos Guimar ீஸ் es (MD).
Bocha es un elefante asiático de 55 años que llegó en 1968 en un barco de vapor procedente de Alemania al zoológico de Mendoza. Guillermina, cuya hija nació en el zoológico 30 años después, vivirá en un entorno natural por primera vez después de mudarse a Brasil, y experimentará la sensación de pisar un piso sucio, y el antiguo zoológico, no de concreto, ha convertido en un ecobark hoy.
“Es muy emocionante. Cada vez que damos un paso más la emoción está a flor de piel porque los cuidadores de los elefantes, los veterinarios y todo el equipo están observando qué tan bien se están comportando los animales y respondiendo a nuevas necesidades y estímulos. la certeza de que es el momento adecuado, algo bueno. Los animales parecen saber lo que está pasando y están cooperando mucho ”, dijo Leandro Frumentos, de la Fundación Frances Weber, que trabaja con traslados de animales.
Cita las respuestas al entrenamiento de refuerzo positivo, en reconocimiento de las actividades de colaboración de los animales y la provisión de sus comidas favoritas, llevado a cabo por dos expertos estadounidenses durante dos meses con elefantes asiáticos en preparación para el período de aislamiento que comienza con él esta semana. . Tiene una duración de 30 días, tiempo durante el cual Pocha y Guillermo se encuentran en un aislamiento sanitario que no tiene nada que ver con una epidemia, sino que es un protocolo de traslado de animales de un país a otro.
Pocha y Guillermo cuando llegaron las cajas de transporte para el viaje a Brasil
Imagen: Gobierno de Mendoza / Revelación
El único animal con el que pueden comunicarse durante este período es Tommy, tanto asiático como el padre de Guillermo. Como es varón y aún no hay un bloqueo en el santuario, será el último en la fila en ir a Brasil, pero estará solo con ellos para este traspaso. Con el fin de evitar el ingreso de otros animales como las maras (conejos patagónicos) que viven libremente en el ecobarco y suelen ingresar a los recintos y comer con los elefantes, se instaló una red de seguridad.
En soledad, Pocha y Killermina se vacunarán, se harán la prueba y se enfermarán de diabetes. Además, los maleteros ya están instalados, por lo que comienzan a aprender a viajar en dos camiones, en un tren de más de 3.000 km entre Mendoza y Cerado. Brasil. Debido a las aberturas en las cajas, los elefantes tienen una alta sensibilidad para alcanzar distancias de kilómetros, por lo que pueden olerse entre sí durante el trayecto.
Además, se prevén paradas técnicas cada tres horas de viaje, tiempo durante el cual, según Fruzos, se ofrecerán contactos entre madre e hija.
En un informe publicado en septiembre del año pasado, Egova Se dijo que Pocha y Guillermo eran los primeros de una fila de 6 elefantes que esperaban en Argentina para ser trasladados a un santuario brasileño. En una entrevista en ese momento, el fundador del santuario, Scott Place, dijo que el antiguo zoológico de Mendoza era «el peor» en tener más de 30 años de experiencia y «un desastre para los elefantes».
La expectativa de llevar a Pocha y Guillermo, como el elefante Mara que fue traído a Brasil cuando se cerraron las fronteras terrestres de los dos países al inicio de la epidemia, coincide con el nuevo cierre de fronteras terrestres por parte de Argentina para la circulación humana. Los extranjeros tienen prohibido ingresar al país por vía terrestre desde el lunes pasado (29), y han estado vigentes durante un año.
Una campaña está recaudando fondos para acelerar la llegada de Tommy. Cualquiera puede contribuir.
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