En medio del debate que se instaló por la creación de una unidad penitenciaria cercana al partido de Castelli, el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Gustavo Ferrari, dialogó con La Tecla y marcó posición.

-Desde la oposición critican que no se va a terminar el problema del hacinamiento en las cárceles, sino que quedará para futuras administraciones…
-Lo que hemos dicho es que vamos a avanzar para activar en estos cuatro años todo lo que pueda contribuir a la rehabilitación de los internos. Por un lado, el trato humano; el hecho de que no se incorporen penas en el cuerpo a la pena privativa de la libertad como ha ocurrido. Vamos en busca de que tengan salud. Antes de fin de año estamos habilitando el Hospital Penitenciario, después de seis años de estar cerrado. Estamos resolviendo problemas de trabajo y educación en cárceles, con una readecuación absoluta del sistema. Ya me he reunido con el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, para plantear un nuevo esquema educativo para las cárceles, ya que el actual es absolutamente ineficiente. En cuanto al trabajo, estamos reactivando los diferentes talleres. Ese sí es un compromiso absoluto. Estamos recibiendo equipamiento para los talleres a través de convenios que hemos firmado con los ministerios de Trabajo y Desarrollo de la Nación. La idea es que aprendan y salgan con un oficio.

-¿Y en cuanto al hacinamiento en los penales?
-Eso no se va a solucionar ahora. Tenemos una situación de infraestructura y de falta de refacción muy importante. Con el flujo que se tiene, más la sobrepoblación existente, hay que decirles responsablemente a todos aquellos gobiernos que pueden suceder a María Eugenia (Vidal) que deben continuar con un plan de construcción de cárceles que nosotros ya iniciamos.

-¿El problema es económico?
-Hoy por hoy, si no se actualiza el Fondo del Conurbano, tal como está reclamando la Gobernadora por vía judicial, construir más cárceles es construir menos hospitales y menos escuelas. Si alguien tiene una solución alternativa, que la proponga. No podemos decir que en uno o dos años vamos a construir todas las cárceles que faltan en desmedro de construir hospitales o escuelas.

-¿Cuál sería el objetivo, entonces?
-Hay que logar refaccionar las cárceles que hoy existen para mejorar las condiciones de habitabilidad, construyendo algunos otros pabellones dentro de los penales, habilitando otros; construir más aulas. Además hay que resolver la situación de los presos en las comisarías e ir avanzando hacia la construcción de algunas cárceles de máxima capacidad en los próximos años. Esto nos va a permitir descomprimir el ingreso de nuevos presos para que no se acumule más.

-Hay planeados dos complejos penitenciarios de más de 1.500 plazas.
-Sí, descomprimirían notablemente la situación a la que podríamos llegar en caso de no construir nada. Al mismo tiempo se prevé construir alcaidías para lo-grar que las comisarías estén ocupándose del rol que tienen que cumplir. Lamentablemente hay una gran cantidad de policías que están destinados a la custodia de aprehendidos o detenidos.

-La gente del interior le tiene un poco de miedo a la construcción de penales…
-Sí, por eso se van elegir preferentemente lugares en los que ya hay penales. Hay que reconocer también que esto es una fuente de trabajo muy fuerte para los municipios, porque no solamente hay que tener en cuenta la construcción, sino también después el servicio y la atención.

-Más allá de lo mal que está la situación del SPB, ¿hay algún penal modelo en la Provincia?
-Sí. Y de ahí surge la evidencia de que tuvo que haber connivencia en la triple fuga, porque el penal de Alvear es de los mejores y de máxima seguridad. Si bien las cámaras no andaban, en lo que respecta al funcionamiento, la Unidad 30 está muy bien construida.